
La vida de los huicholes era muy dura porque hace muchos anos que no tenían el fuego. Cuando hacía mucha fría en las noches del invierno los hombres, mujeres, niños y ancianos sufrían. El sol daba calor que los huicholes necesitaban y por eso solo deseaban que las noches terminaran pronto.
Un día una estrella se reventó y el fuego descendió a la tierra. Algunos arboles estaban en llamas. Enemigos de los huicholes, sus vecinos, apresaron el fuego y cortaron los arboles que estaban en llamas para contener el fuego.
El tigre encabezó un ejército poderoso de los enemigos para proteger el fuego de los huicholes. Cuando los huicholes intentaban robar el fuego, se morían. El tlacuache les dijo los huicholes, “me comprometo a traer el fuego”. Nadie creía. El tlacuache aprendió que los guardianes se dormían en las primeras horas de la madrugada. El tlacuache regresó con el fuego y todas las personas y animales huicholes se elogiaban.
Un día una estrella se reventó y el fuego descendió a la tierra. Algunos arboles estaban en llamas. Enemigos de los huicholes, sus vecinos, apresaron el fuego y cortaron los arboles que estaban en llamas para contener el fuego.
El tigre encabezó un ejército poderoso de los enemigos para proteger el fuego de los huicholes. Cuando los huicholes intentaban robar el fuego, se morían. El tlacuache les dijo los huicholes, “me comprometo a traer el fuego”. Nadie creía. El tlacuache aprendió que los guardianes se dormían en las primeras horas de la madrugada. El tlacuache regresó con el fuego y todas las personas y animales huicholes se elogiaban.